Creativas sí hay: Mónica Morro, Laura Visco, Jessica Apelleniz, Eva Santos, Mica Gallino, Alexandra Vaca, Leticia Rodrigues, Karo Gómez, Javiera Wuth, Rosa Guerrero, y puedo seguir contando… Dar visibilidad y reconocer el talento de las creativas publicitarias es una tarea de todos los días. Y es que reconocer que necesitamos más mujeres es una obligación de todas las agencias y publicistas. No, no por cumplir la cuota, por competitividad, por tu negocio, para que tus anuncios sean más relevantes y realistas. Y también por tu tranquilidad, porque las creativas no solo podemos ser muy talentosas, sino que tenemos la capacidad de al mismo tiempo ser responsables, precisas y detallistas. Y aunque por mucho tiempo me molestó escuchar que a las redactoras o diseñadoras las definían como responsables (antes que creativas), es una cualidad que viene incluida, y por qué no alardear de eso también.

Ya sabemos que creativas sí hay (Ana Noriega, Maddy Kramer, Gabriela Freire, Jessica Walsh, Lily Menoscal, Paula Murillo), sin embargo, hay que recordarlo constantemente, hasta que las personas dejen de pensar que por default la dirección creativa es para un hombre. Hasta que cambiemos el “busco Director Creativo” por “busco persona para Dirección Creativa” o por qué no “busco Directora Creativa”. Hasta que los festivales tengan un número similar entre jurados femeninos y masculinos.

Creativas sí hay. Están al frente tuyo, al lado o bajo tu rango.

Necesitamos que nos conozcan y conocernos entre nosotras, para apoyarnos, aplaudirnos, recomendarnos, mostrar lo que hacemos y recordarle a la industria que aquí estamos. Detrás de estas palabras estoy yo, Andrea Auz, y también están Belén Arregui, Andrea Rodríguez, Diana Flores, Nicole Montesdeoca, Teresa Pérez, y muchísimas creativas más que me han inspirado en estos últimos años.

Si has trabajado con creativas, no te olvides de ellas. Si aún no has tenido la suerte, búscanos, no te vas a arrepentir.

Por último, si eres creativa, no te conformes, sigue pensando, pensando, pensando, hasta que todos vean que eres mejor que el resto, sin importar el género. Hay que sentir orgullo por cada pieza que hacemos, para que el trabajo se convierta en nuestra voz.